MEXICO, D.F., 12 de febrero (Anabel Hernández / Reporte Indigo).-
El martes 9 de febrero, antes de que iniciara la sesión extraordinaria del Consejo Ejecutivo Nacional del PAN, ya todo estaba escrito. Era un guión del que estaba prohibido salirse.
Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación y consejero nacional del partido, dio un largo discurso contra la alianza del PAN con el PRD. Sobre todo en Oaxaca, sobre todo contra la candidatura del perredista Gabino Cué.
Después de esta intervención, ninguno de los 40 integrantes del CEN albiazul cambió el voto previamente acordado en Los Pinos. Todos votaron en bloque a favor de la alianza en Oaxaca.
Ya estaba escrito, y Gómez Mont lo sabía. Todo lo demás fue un montaje, incluida su renuncia al partido, que previamente fue acordada con Felipe Calderón en Los Pinos.
Así lo denunció Manuel Espino, ex dirigente nacional del PAN.
Y todo, dice, con el propósito de lavarle la cara a Felipe Calderón ante el PRI. Específicamente ante Manlio Fabio Beltrones. “Esto de Gómez Mont es, insisto, parte de un montaje que solamente pretende lavarle la cara al gobierno frente al PRI para salirse con la suya, el gobierno, en lo que se refiere a las coaliciones”, señala.
Calderón y Gómez Mont prometieron al PRI que el PAN no se aliaría con el PRD en los comicios de 2010, esto a cambio de que la bancada tricolor en el Congreso aprobara el aumento del uno por ciento al IVA, agrega.
Mientras, el presidente ordenó a César Nava concretar las alianzas con el PRD a cambio de que el partido del sol azteca apoyara las iniciativas propuestas por el Ejecutivo, como las reformas política y fiscal.
Al final, afirma Espino, Calderón no quedó bien con nadie. Llevó al país a una crisis política y a Acción Nacional al desprestigio.
Esta es la historia detrás de la renuncia de Gómez Mont al PAN según la versión de Manuel Espino, quien reta a discutirla en el seno de su partido.
La orden presidencial
Entre agosto y septiembre de 2009, Felipe Calderón ordenó a César Nava que pactara coaliciones con el PRD para encarar las elecciones de 12 gubernaturas en 2010.
La alianza no sería en todos los estados, solo en aquellos que conviniera. El presidente no podía permitir el crecimiento del tricolor en el preludio de los comicios presidenciales de 2012.
Cuando llegó el momento de negociar la Ley de Ingresos, el PRD no estaba dispuesto a aprobar un impuesto generalizado de 3 por ciento, ni el aumento del IVA. Pero el PRI sí.
Fue así como la bancada tricolor cambió de opinión pese a que muchos diputados del PRI estaban en contra.
La negociación se hizo entre Calderón, el líder de la bancada del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones; la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, gobernadores tricolores y el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, quien tiene una vieja relación política y de amistad con el Revolucionario Institucional.
El acuerdo fue subir el IVA a 16 por ciento. El gobierno federal lo propondría absorbiendo el costo de ser el origen de la propuesta, y el PRI lo aprobaría absorbiendo el costo de dar el sí.
A cambio, el PRI demandó que el PAN no se aliara con el PRD para las elecciones de 2010.
Manuel Espino dice que ese acuerdo no fue consensuado con el PAN, fue una decisión unilateral de Calderón, como si el partido fuera de su propiedad.
Calderón y Gómez Mont empeñaron su palabra aunque el presidente nunca instruyó a César Nava para que diera marcha atrás en las negociaciones para hacer alianzas con el PRD.
Uno de los datos duros de esa versión es que el enlace directo entre Los Pinos y el PAN para echar adelante las coaliciones es Cuauhtémoc Cardona, uno de los hombres más cercanos a Calderón. Oficialmente está en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN como responsable de las alianzas, pero va a Los Pinos a recibir línea cuando menos una vez a la semana.
El policía bueno, el malo y el peor
Llegó enero de 2010 y la negociación de las coaliciones en Durango, Hidalgo y Oaxaca iba viento en popa. Los avances eran del dominio público.
En la primera semana del año, el PRI acudió a Los Pinos a reclamar en la voz de Beltrones. El presidente y el secretario de Gobernación volvieron a empeñar su palabra.
“Yo di mi palabra, ¡déjame ver qué está pasando!”, dijo Calderón a Beltrones, como si Nava se mandara solo.
“Sobre mi cadáver, no hay coaliciones”, afirmó Gómez Mont.
Después de esa reunión, Beltrones hizo una declaración que más bien parecía un amago.
“Lo único que le voy a pedir (a Gómez Mont) es que si él tiene la obligación de defender al presidente, a su jefe Felipe Calderón, también tiene la obligación, como secretario de Gobernación, de aconsejarlo bien; uno de los primeros consejos que le debe de dar es que cumpla con su palabra, que respete los acuerdos para que respeten también sus posiciones”, afirmó en Milenio Televisión el 7 de enero.
Pese a la promesa, la información pública sobre la posible alianza del PAN y el PRD seguía fluyendo.
El 19 de enero, Beltrones afirmó: “Me resulta enormemente difícil pensar que un partido como el PRD, que no reconoce al presidente de la República surgido del PAN, pueda integrar una alianza confiable con resultados positivos.
“Sería un engendro sin mayor posibilidad de éxito”, afirmó.
Nava, a quien le tocó ser el “policía malo”, contestó que la posibilidad de una coalición PAN-PRD puso nerviosos a los priistas: “ya se estaban relamiendo los bigotes”.
Para dar credibilidad a la promesa presidencial, Gómez Mont, quien jugó el rol de “policía bueno”, declaró el 21 de enero pasado: “En términos de coaliciones electorales, se debe garantizar que tengan un efecto de gobierno. Si no, me parece que en alguna medida se acaban convirtiendo en una especie como de fraudes electorales, de buscar decisiones sin contenido. O sea, bajo la lógica del contrato político no hay contrato. Hay empoderamiento, pero sin contrato”.
El secretario habló así durante su participación en la mesa de discusión “Agenda Ciudadana y Gobernabilidad: la Reforma Política, Diálogo Ciudadano”, realizada en el Colegio de México
El montaje
Manlio Fabio Beltrones volvió a reclamar a Fernando Gómez Mont, quien reiteró que no habría alianzas. Y si las había, él renunciaría al PAN. Era una promesa.
El martes 9 de febrero, César Nava presidió una reunión extraordinaria del CEN blanquiazul.
Todo estaba arreglado, sostiene Espino. Pero algo se rompió.
El mismo martes 9 se hizo pública la alianza del PAN y el PRD en Oaxaca a favor del perredista Gabino Cué.
No suena lógico que Gómez Mont se opusiera a esa alianza, y menos si Cué estaba involucrado.
Quienes conocen al secretario de Gobernación saben que fue abogado de Gabino Cué cuando éste perdió la elección a la gubernatura de Oaxaca en 2004.
De acuerdo a fuentes muy cercanas a Diego Fernández de Cevallos, principal aliado e impulsor de Gómez Mont, Calderón no ha roto con ninguno de los dos.
No quiere ni puede, dicen.
Desde antes de asumir el poder, Felipe Calderón mandaba a sus futuros miembros de gabinete a entrenarse con Fernández de Cevallos.
Calderón siempre ha recurrido a “El Jefe” Diego cuando algo se atora en su gobierno, y es a él a quien pidió asesoría para nombrar al procurador Arturo Chávez Chávez.
Gómez Mont, dicen, tampoco renunciaría al PAN sin el consentimiento de Calderón. Su amistad es de hace años, desde que estaban en la Escuela Libre de Derecho. El 11 de noviembre de 2008, cuando Calderón nombró a Gómez Mont secretario de Gobernación en sustitución de Juan Camilo Mouriño, un periódico publicó una crónica que dimensiona la cercanía entre estos dos personajes.
“Ya eran las tres de la mañana y culminaba una de las tradicionales fiestas de Navidad del Partido Acción Nacional en diciembre de 1990. Abrazados, al calor de la fiesta, Felipe Calderón y Fernando Gómez Mont, entonces dos jóvenes dirigentes del panismo, conversaban a solas sobre su futuro: ‘En nueve años tú y yo vamos a pelear por todo esto’, le dijo Calderón a Gómez Mont, cuando el bullicio del festejo acallaba.
“Gómez Mont estrechó a su amigo con la mano izquierda sobre el hombro.
“Con la mano derecha, como si declamara una poesía y con voz ronca le replicó: ‘Felipe, algún día todo esto será nuestro’”. Pero el efecto de la renuncia de Gómez Mont al PAN no fue calculado.
El anuncio público de la decisión, que fue recibido con tibieza por César Nava, provocó que la alianza con el PRD se tambaleara.
La noche del 10 de febrero, Calderón instruyó a Josefina Vázquez Mota para que actuara como apagafuegos. Esa noche, la diputada federal cenó en el restaurante Punta Arena, en Palmas, con Alejandro Encinas, líder de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados.
La dirigencia nacional del PRD considera que no le conviene aliarse con un PAN dividido, y menos a un costo tan alto, como es el ayudar a Acción Nacional a sacar adelante las iniciativas de Calderón en el Congreso.
La maniobra del presidente provocó un cisma. Y, al final, no quedó bien con nadie. Ni con el PRI, ni con el PRD ni con su propio partido.
Espino afirma que con esta crisis en el gobierno y en el PAN, las posibilidades de que el partido gane la Presidencia de la República en 2012 “se van por la borda”.
sábado, 13 de febrero de 2010
La Renuncia es un Montaje
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