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Por Eduardo Arcos
Correo electrónico: armando.baez@congreso.gob.mx
El diputado priista Armando Jesús Báez Pinal (arriba su correo) ha puesto a consideración la aplicación de un canon digital para compensar a los autores por la realización de copias privadas de obras literales o artísticas, aplicando este nuevo impuesto a soportes físicos como el CDs vírgenes, DVDs vírgenes, unidades USB y discos duros, similar a lo que se hace en España y recauda la SGAE.
De esa forma los ciudadanos mexicanos serían libres de descargar música, películas y otras obras del internet pues están pagando un “impuesto compensatorio” por hacerlo, siempre y cuando sea sin fines de lucro, de caracter personal/privado y sin ser exhibidos de forma pública (por ejemplo descargar un episodio de Lost, invitar a 200 personas a tu casa y proyectarlo).
Desde el punto de vista puramente teórico puede resultar más o menos interesante, ganan los consumidores pues mantienen una actividad que de todas formas no hace daño a nadie y ganan los autores al recibir compensación monetaria por este tipo de usos. Pero como dije, solo en teoría. En la práctica la historia es total y completamente diferente.
La aplicación del canon digital en España fue una decisión fallida (en realidad un epic FAIL) impulsado por el gobierno de ese país (no importa cuál, Aznar o Zapatero, que en estos casos hacen lo mismo) por los siguientes motivos:
Aunque la aplicación del canon se haría a soportes físicos se cobra a los fabricantes estos pasan el aumento del costo a los consumidores, aumentando el precio de los CDs vírgenes, discos duros, reproductores de MP3, móviles, etcétera.
El canon es indiscriminatorio: es decir, se aplica a todo y a todos. No importa que compres CDs para hacer respaldo de las fotos que tomaste en tus últimas vacaciones o a todos esos documentos importantes de tu trabajo, no importa que compres diez mil discos vírgenes y ni uno contenga una sola canción, película, imagen o serie de televisión bajo Copyright, igual se paga el canon.
Aún cuando el canon supuestamente compensa la descarga/copia privada, tanto el gobierno de Aznar como el gobierno de Zapatero siguen llamándolo piratería y siguen calificándolo como ilegal. Los españoles ya pagan impuestos (uno sobre otro) para hacer legal la descarga, aún así son tratados como delincuentes.
Pero en México la simple idea de aplicar un impuesto a medios físicos es necio, poco inteligente y **contraproducente, porque:
El verdadero problema de México no son las descargas de internet, es la piratería en el MundoReal. Esas mafias que copian miles de discos y DVDs en verdaderos “centros de producción” escondidos en zonas como Tepito que luego se venden en bocas de metro o mercados, personas que lucran fuertemente con el trabajo de otros y además explotan al “vendedor” final quien se beneficia muy poco (a veces nada) de estar sentado horas dentro de un metro ofreciendo versiones piratas de música y películas.
México no es España, suficientes impuestos tienen los mexicanos con sueldos que no alcanzan para pagar muchas cosas, poco favor se les hace al aplicar un costo más para la adquisición de tecnología. Es contraproducente porque reduce la oportunidad de acceso y aumenta la brecha digital.
El destino de la recaudación del canon es incierto y propenso a corrupción. Al igual que en España que es administrado por la SGAE quienes se encuentran en un estado perpetuo de controversia por la forma en que reparten dichos ingresos, un fondo común de lo recaudado por un impuesto es el estado perfecto para abusos e injusticias en la que muy pocos autores serán beneficiados.
El canon es otra de esas “sugerencias” de la industria audiovisual a los políticos mexicanos que no soluciona practicamente nada, que pasa el gasto al usuario final y que incrementa el descontento y rechazo hacia el gobierno, los estudios y las discográficas. El problema de fondo es otro y ya todos lo sabemos: no han sabido adecuarse a los cambios. No supieron aprovechar el internet, no se dieron cuenta que los consumidores ya no están interesados en soportes físicos, en que se necesitan mejores formas de encontrar la música, películas, series de televisión y que a falta de una oferta real, se descarga de fuentes “no oficiales”.
Aquí no se defiende el obtener obras sin costo, y no se trata de buscar pagar menos o evitar pagar el canon, es que el problema son otros: un probable incremento a la brecha digital por aumento de preciosy que la industria audiovisual insiste en obligarnos a adquirir audio/video de formas arcáicas, un CD, un DVD o un Blu-Ray a precios abusivos en una tienda física.
En 2010 las dos cosas son inaceptables.
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